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DIN EN ISO 16890 - La nueva norma para clasificar filtros de aire

EN 779 ha sido el método más utilizado para clasificar los filtros de aire durante más de 20 años. Pero desde principios de 2017, entró en vigor un nuevo estándar que cambió por completo la forma en que se prueban y categorizan los filtros.

La buena noticia es que ISO 16890 trae una serie de beneficios sobre el estándar anterior. Utiliza una serie de nuevos enfoques y mecanismos que hacen que el proceso de prueba sea más indicativo de las condiciones en las que funcionará el filtro una vez instalado. Y el nuevo sistema de clasificación se centra en el objetivo final de un filtro de aire, eliminar las partículas, por lo que es más fácil encontrar un producto que se adapte a sus necesidades.

ISO 16890 - explicación fácil

Nuestro nuevo video explica por qué se introdujo ISO 16890, por qué es importante y cómo clasifica los filtros de acuerdo con su rendimiento en el mundo real.

Datos clave sobre DIN EN ISO 16890

La norma ISO 16890 proporciona un proceso normalizado para la clasificación de los filtros de aire utilizados en la ventilación general; dicho de otra manera, es un nuevo método para agrupar los filtros de sistemas de climatización en función de su rendimiento.

La norma EN 779 ha tenido un papel destacado en la mejora de los estándares de calidad en todo el sector y ha proporcionado un método uniforme para la selección de filtros. Sin embargo, nuestros conocimientos sobre el aire que nos rodea han aumentado enormemente en los 20 años desde su publicación, y ahora sus limitaciones son evidentes.

La más importante de estas limitaciones es el hecho de que la norma EN 779 solo prueba el rendimiento de un filtro con un tamaño de partícula: 0,4 µm. Las partículas en suspensión (PM) no son uniformes en tamaño ni en forma, por lo que exponer un filtro a un solo tamaño de partícula en las pruebas no refleja las condiciones a las que se enfrentará cuando esté en funcionamiento.

La nueva norma ISO 16890 es diferente porque se centra en la capacidad de un filtro para capturar partículas de distintos tamaños en la zona de peligro (donde las partículas son demasiado pequeñas para que las defensas de nuestros organismos puedan protegernos).

Al realizar pruebas con arreglo a la norma ISO 16890 se expone al filtro a partículas entre 0,3 µm y 10 µm. Esto significa que los filtros se prueban en condiciones que son mucho más parecidas al mundo real, con lo que se consigue un producto capaz de funcionar como usted espera que lo haga.

Basándose en estas pruebas, los filtros se clasifican según su eficiencia en captura de partículas PM10, PM2,5 y PM1, es decir, partículas en suspensión con un diámetro inferior a 10 µm, 2,5 µm y 1 µm respectivamente.

Estos tamaños de partículas son la base para los cuatro grupos ISO 16890: ePM1, ePM2,5, ePM10 y Polvo grueso. "e" en el nombre del grupo significa simplemente "eficiencia" y el número corresponde al tamaño de las PM. Para pertenecer a cada grupo, un filtro debe tener un 50 % de eficiencia en captura de PM del tamaño correspondiente. Así, un filtro clasificado como ePM1 habrá capturado al menos la mitad de las PM1 contaminantes a las que ha estado expuesto durante la prueba. Los filtros que logren una eficiencia inferior al 50 % en captura de PM10 irían al grupo de polvo grueso.

Grupo de filtros ISO 16890
Eficacia
Polvo grueso < 50% de PM10
ePM10 ≥ 50% de PM10
ePM2.5 ≥ 50% de PM2.5
ePM1 ≥ 50% de PM1

Una vez probados, los filtros reciben una calificación de eficiencia que se redondea al 5 % más cercano. Por lo tanto, verá filtros descritos como ePM10 70 % y ePM2,5 95 %, por ejemplo. Esto significa simplemente que el primer filtro tiene una eficiencia del 70 % en captura de PM10 y el segundo tiene una eficiencia del 95 % en captura de PM2,5.

La publicación de la norma ISO 16890 está prevista para principios de 2017, pero la mayoría de los países dispondrá de un período de transición de 18 meses, durante los que la norma EN 779 seguirá vigente junto a la nueva norma. Esto se hace para dar tiempo a usuarios finales, distribuidores y fabricantes para ajustarse al nuevo sistema.

Una vez que los períodos de transición concluyan, no. La norma ISO 16890 emplea un método de agrupación para las clases G y F diferente al que estamos familiarizados por la norma EN 779. Comparar directamente las antiguas clases de filtros y los nuevos grupos no es sencillo, ya que la norma EN 779 examina una fracción de los datos de rendimiento analizados por la norma ISO 16890. Al hacer conversiones en términos equiparables también se ignoran muchas de las ventajas que aporta la norma ISO 16890.

No; no del todo. La norma ISO 16890 solo es para aplicaciones de ventilación general, por lo que los filtros de mayor eficiencia clasificados con arreglo a la norma EN 1822, como los filtros EPA, HEPA y ULPA, no se ven afectados por la nueva norma.

Asimismo, la norma ISO 16890 actualmente solo afecta a aquellos países que adoptan la norma EN 779, por lo que en las regiones que usen otros programas, como el de la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE, por sus siglas en inglés), de momento no habrá ningún cambio. Se están manteniendo conversaciones para introducir la norma ISO 16890 en estos mercados, con el objetivo de crear una norma realmente global.

Guía de ISO 16890

Profundiza en la nueva norma de filtración ISO.

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Listo para ISO 16890

Tiempos de prueba

Probar un filtro de aire con arreglo a la norma ISO 16890 es un proceso mucho más exhaustivo que el de la norma EN 779 que se va a sustituir. La norma EN 779 ponía a prueba un filtro con solo un tamaño de partícula (0,4 µm), lo cual hacía que el proceso resultase sencillo, pero no reflejaba lo que ocurría fuera del laboratorio, en el mundo real. De conformidad con la norma ISO 16890, los filtros se prueban con 12 grupos de tamaños de partículas diferentes, que van desde 0,3 µm hasta 10 µm.

El ensayo de un filtro se realiza aplicándole un aerosol de prueba y comparando el número de partículas que entran con el que traspasa el filtro hacia el lado del aire limpio. Puesto que la norma ISO 16890 introduce una gama más amplia de tamaños de partículas, las pruebas ya no solo consisten en cotejar el flujo de entrada con el de salida. Ahora, los bancos de pruebas deben clasificar y analizar partículas de tamaños diferentes en 12 canales. Por ello, aunque la prueba es mucho más realista, también se requiere disponer de los equipos más modernos y sofisticados.

La ventaja adicional es que los nuevos equipos son mucho más precisos que los bancos de prueba de la norma EN 779 anterior. Por lo tanto, también nos darán una visión mucho más clara del rendimiento de un filtro.

Estamos preparados

Acabamos de concluir en Suecia el montaje de nuestras instalaciones de investigación, que cuentan con un laboratorio totalmente nuevo preparado para la norma ISO 16890. Se trata de un espacio de 240 m² con un control absoluto de temperatura y humedad mediante aire acondicionado, para crear el entorno de prueba perfecto. El laboratorio incluye un banco de prueba totalmente nuevo para la norma ISO 16890, capaz de llevar a cabo las pruebas más exigentes de la nueva norma. Junto a esto, se dispone de un gran número de otros equipos de prueba, entre los que se incluye un banco de prueba de presión de rotura para llevar nuestros productos al límite (y más allá).

A finales de este año, se añadirá a esta instalación un equipo de neblina de aceite para realizar pruebas de los eliminadores de neblina de aceite utilizados en el sector metalúrgico. Y en 2017 se instalará una máquina de separación de agua para probar el rendimiento de nuestra gama de rejillas para la meteorología marina.

El objetivo de toda esta inversión es analizar el rendimiento de nuestros productos en un entorno lo más realista posible. De ese modo, podremos garantizar que nuestros productos estén listos para que los use en su unidad de tratamiento de aire.